domingo, 3 de abril de 2016

El gato, la toxoplasmosis y el embarazo



¿Qué es la toxoplasmosis?

Estaríamos hablando de una enfermedad infecciosa causada por un parásito, el Toxoplasma. Este parásito tiene como a último huésped el epitelio intestinal de gatos y otros felinos. Pero este parásito también se encuentra en un porcentaje muy alto en tejidos de otros animales como pueden ser el cerdo, la ternera y el pollo, entre otros.

La mayoría de la población ya ha estado en contacto con este parásito, de forma asintomática, sin darse cuenta, y cuando esto se ha producido el cuerpo adquiere inmunidad hacia el Toxoplasma, es decir, que no pueden verse afectados por dicha infección en caso de volver a entrar en contacto con el parásito.

¿Cómo se transmite?

A pesar de la “mala costumbre” de culpar al gato de la transmisión, son muchas las vías para estar en contacto con el parásito:

La manipulación de los excrementos de un gato infectado. Jamás por el contacto directo con el gato. Por eso se recomienda a las personas con riesgo, o bien que no manipulen la bandeja sanitaria del gato o que lo hagan con guantes.

La ingesta de carne poco hecha.  La carne de los animales se encuentra frecuentemente infectada por este parásito, que se elimina con temperaturas altas (carne bien hecha) o con temperaturas bajas (congelación).

Comer verdura del mercado. En ella pueden haber restos del parásito por contacto con otros animales.

En alimentos como huevos, leche o cualquier alimento contaminado o manipulado por manos contaminadas.

¿Es grave la toxoplasmosis?

No, salvo puntualizaciones. Esta infección por norma general en una persona sana no manifiesta ningún síntoma, como mucho se asemejaría a una leve gripe. Todas las personas que hayan convivido con animales, tengan la sana costumbre de comer productos de mercado, o sea, que no hayan estado aislados de la naturaleza, ya han tenido contacto con el parásito alguna vez, o muchas, en su vida, y han adquirido inmunidad ante cualquier próximo contacto. Así, su cuerpo ya ha desarrollado un mecanismo de defensa que le protege de cualquier infección por Toxoplasma.

Las puntualizaciones: gente con el sistema inmunológico deprimido, como serían los seropositivos. En estos casos su sistema inmunológico está debilitado y sí que pueden verse afectados por el toxoplasma. Todas las asociaciones de seropositivos informan de la toxoplasmosis y facilitan consejos a seguir en caso de tener gato (no manipular excrementos, limpiarse las manos, etc.) y en ningún caso recomiendan deshacerse del gato. Otro caso serían las mujeres embarazadas que no hayan tenido nunca contacto con el parásito (no es muy común, salvo en grandes ciudades).

¿Qué indican las pruebas?

Cuando una mujer está embarazada se le realizan unas pruebas para ver si ha estado en contacto con el parásito o no. Cabe reseñar que cuando las pruebas dan POSITIVO, significa que la mujer ya ha estado en contacto con el Toxoplasma, por lo tanto NO puede transmitir la infección al feto. Si las pruebas dan NEGATIVO, significa que la mujer no ha estado en contacto con el parásito y por lo tanto, en caso de infección durante el embarazo, SI puede transmitir la infección al feto. En este caso debe mantener precauciones (no contacto directo con excrementos del gato, no comer carne cruda o poco hecha, limpiar muy bien las verduras del mercado…), sin deshacerse del gato.

Como siempre, cuando el facultativo médico no está bien informado, lo primero que recomienda en caso de embarazo es deshacerse del animal. Las asociaciones de seropositivos (personas de alto riesgo) no lo recomiendan. Cabe saber que un gato adulto la infección por el parásito se produce por comer ratones y/o pajaritos que hayan sido portadores, poco probable en gatos que están dentro de una casa. Y en el caso de gatos que hayan estado en contacto con el parásito (suele afectar a gatos menores de 6 meses) ya han quedado inmunizados y no transmiten la enfermedad. Por lo tanto antes de desprenderse del gato, mejor informarse.



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