¿Qué
es la toxoplasmosis?
Estaríamos hablando de
una enfermedad infecciosa causada por un parásito, el Toxoplasma. Este parásito
tiene como a último huésped el epitelio intestinal de gatos y otros felinos.
Pero este parásito también se encuentra en un porcentaje muy alto en tejidos de
otros animales como pueden ser el cerdo, la ternera y el pollo, entre otros.
La mayoría de la
población ya ha estado en contacto con este parásito, de forma asintomática,
sin darse cuenta, y cuando esto se ha producido el cuerpo adquiere inmunidad
hacia el Toxoplasma, es decir, que no pueden verse afectados por dicha
infección en caso de volver a entrar en contacto con el parásito.
¿Cómo
se transmite?
A pesar de la “mala
costumbre” de culpar al gato de la transmisión, son muchas las vías para estar
en contacto con el parásito:
La manipulación de los
excrementos de un gato infectado. Jamás por el contacto directo con el gato.
Por eso se recomienda a las personas con riesgo, o bien que no manipulen la bandeja
sanitaria del gato o que lo hagan con guantes.
La ingesta de carne
poco hecha. La carne de los animales se encuentra frecuentemente infectada
por este parásito, que se elimina con temperaturas altas (carne bien hecha) o
con temperaturas bajas (congelación).
Comer verdura del
mercado. En ella pueden haber restos del parásito por contacto con otros
animales.
En alimentos como
huevos, leche o cualquier alimento contaminado o manipulado por manos
contaminadas.
¿Es
grave la toxoplasmosis?
No, salvo
puntualizaciones. Esta infección por norma general en una persona sana no
manifiesta ningún síntoma, como mucho se asemejaría a una leve gripe. Todas las
personas que hayan convivido con animales, tengan la sana costumbre de comer
productos de mercado, o sea, que no hayan estado aislados de la naturaleza, ya
han tenido contacto con el parásito alguna vez, o muchas, en su vida, y han
adquirido inmunidad ante cualquier próximo contacto. Así, su cuerpo ya ha
desarrollado un mecanismo de defensa que le protege de cualquier infección por
Toxoplasma.
Las puntualizaciones:
gente con el sistema inmunológico deprimido, como serían los seropositivos. En
estos casos su sistema inmunológico está debilitado y sí que pueden verse
afectados por el toxoplasma. Todas las asociaciones de seropositivos informan
de la toxoplasmosis y facilitan consejos a seguir en caso de tener gato (no manipular
excrementos, limpiarse las manos, etc.) y en ningún caso recomiendan deshacerse
del gato. Otro caso serían las mujeres embarazadas que no hayan tenido nunca
contacto con el parásito (no es muy común, salvo en grandes ciudades).
¿Qué
indican las pruebas?
Cuando una mujer está
embarazada se le realizan unas pruebas para ver si ha estado en contacto con el
parásito o no. Cabe reseñar que cuando las pruebas dan POSITIVO, significa que
la mujer ya ha estado en contacto con el Toxoplasma, por lo tanto NO puede
transmitir la infección al feto. Si las pruebas dan NEGATIVO, significa que la
mujer no ha estado en contacto con el parásito y por lo tanto, en caso de infección
durante el embarazo, SI puede transmitir la infección al feto. En este caso
debe mantener precauciones (no contacto directo con excrementos del gato, no
comer carne cruda o poco hecha, limpiar muy bien las verduras del mercado…),
sin deshacerse del gato.
Como siempre, cuando el
facultativo médico no está bien informado, lo primero que recomienda en caso de
embarazo es deshacerse del animal. Las asociaciones de seropositivos (personas
de alto riesgo) no lo recomiendan. Cabe saber que un gato adulto la infección
por el parásito se produce por comer ratones y/o pajaritos que hayan sido
portadores, poco probable en gatos que están dentro de una casa. Y en el caso de
gatos que hayan estado en contacto con el parásito (suele afectar a gatos
menores de 6 meses) ya han quedado inmunizados y no transmiten la enfermedad.
Por lo tanto antes de desprenderse del gato, mejor informarse.
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