miércoles, 31 de agosto de 2016

A partir de Septiembre se amplia el servicio del Centro a las siguientes terapias:

- Acupuntura de Redes

- Acupuntura TUNG

- Acupuntura y Moxibustión del TAI JI (del Maestro Tián Hé Lù)
 

- Masaje Tuina.
 

- Masaje terapúetico.

A cargo de Yolanda Bidipia Espinosa. Acupuntora. Graduada de acupuntura por el Real Centro Universitario Maria Cristina en Madrid. Formacion Superior de dos años en Francia, con la prestigiosa Escuela de Phillippe Sionneau .Master Iberoamericano en acupuntura Bioenergética y Moxibustión. Masaje TUINA, SHIATSU y terapéutico.

Martes, jueves y sábados.

Para más información y concertar cita: 639335142 (Yolanda)
http://acupunturagiro.blogspot.com.es/

martes, 30 de agosto de 2016

El exceso de medicación y sus consecuencias.



Ahora contaré un caso real que me encontré en el despacho. Un chico de veintisiete años que acudió al médico de cabecera porque había tenido unos problemas poco graves, pero se sentía ansioso. Le recetaron un ansiolítico.

Pero esto le impedía trabajar al cien por cien, ya que conseguir la dosis perfecta para cada cuerpo es complicado. En vez de reducir la dosis, otro “iluminado” para contrarrestar los efectos del ansiolítico, le recetó un antidepresivo para ver si entre los dos compensaban el estado y lo mantenían “equilibrado” a nivel emocional y físico.

Pero resulta que para hallar este equilibrio químico, se necesita tiempo y paciencia, cosa que a veces no tienen ni los pacientes ni los facultativos.

El desequilibrio causado entre los dos psicofármacos, le provocaron IMPOTENCIA SEXUAL, con 27 años. Pero lejos de intentar resolver el problema, el sexólogo le recetó Viagra, CON 27 AÑITOS.

Cuando acudió a la consulta con tal “marrón”, ya que no encuentro otra forma de definir semejante barbaridad, fue tan simple como. Primero retirar de golpe la Viagra. Segundo ir reduciendo paulatinamente las dosis de antidepresivo y ansiolítico. Tercero combatir la ansiedad con deporte “quemar adrenalina y punto”.

En poco tiempo, no tenía ansiedad, ni problemas sexuales.

Si la última opción hubiera sido la primera, no tendría que haber pasado por semejante penitencia. Ahora, eso sí, las empresas farmacéuticas no hubieran detectado ni un ingreso extra por sus recetas.

La medicación que sea siempre la justa y necesaria. Una infección bacteriológica requiere un antibiótico, una gripe vírica no requiere nada y la impotencia a partir de una edad requiere Viagra.

Eso de intentar evitar un efecto que no se está produciendo, como tomar un analgésico porque, como he oído muchas veces: “me parece que dentro de un rato me va a doler la cabeza”. Tomar un relajante muscular para evitar un dolor que, como buen síntoma, evitará que realices movimientos que pasarán  de que tu esguince fibrilar se convierta en  rotura (porque como no duele, el movimiento se lleva a cabo).

El dolor en una zona, el síntoma, sea cual sea éste, señala un problema. Lo mejor es tratarlo y no enmascáralo con medicación, ya que luego se complica.



jueves, 11 de agosto de 2016

¿Preocuparse u ocuparse? Y ¿qué es un problema?



Muchas veces nos preocupamos por situaciones futuras que puedan aparecer en un futuro inmediato, o en un futuro tardío. Situaciones que a veces no ocurren nunca pero nos dejan ahí, pendientes de encontrar una solución o una respuesta ante el problema que aún no tenemos delante, para estar preparados.

Cuando tienes un problema delante, presente, es importante saber ocuparse de ello, no esconder la cabeza como haría un avestruz. Este es el momento de desplegar todas las fuerzas para intentar hallar una solución.

Mi abuelo, una persona muy sabia en mi vida, dijo antes de morir: si de alguna cosa me arrepiento es de haberme preocupado por cosas que jamás sucedieron….. una gran verdad.

Después, en segundo lugar, está en cuantificar “qué es un problema que te haga preocupar u ocupar de demasía”.  Puede  haber problemas económicos que te impidan pagar una factura, y ser éstos muy importantes, pero, ¿qué pasaría si los problemas fueran más vitales?, como la pérdida de un ser querido. ¿Tendría tanta importancia poder pagar una factura, o que te cortaran la luz por no hacerlo?

El preocuparse por un tema puede colapsar a la persona, incluso si el tema no es vital, y me refiero a vital cuando afecta directamente a la vida de una persona o de sus allegados.

Preocuparse por una cosa que no está sucediendo en este mismo momento es como intentar resolver un problema matemático del cual no tenemos el problema escrito.

Nunca se sabe cómo resolver el 2+2, sino lo vemos escrito de antemano. Si ante el mismo problema te muestro una hoja en blanco, ¿serías capaz de dar la respuesta?.... pues no, porque no tienes el problema delante.

Así que, antes de anticipar la solución de un problema que aún no tienes (preocuparte), primero observa, si  éste es presente (por lo cual, toca ocuparte) y si éste es vitalmente importante.


lunes, 1 de agosto de 2016

La eutanasia de nuestros amigos no humanos.


La eutanasia de nuestros amigos no humanos. La despedida. La importancia de la gente que nos acompaña en esta decisión.

Esta es la parte más complicada con nuestros amigos no humanos. Muchos de nosotros llevamos muchos años con la reivindicación del derecho a una eutanasia para las personas, como en el caso de Ramón Sampedro que despertó una sociedad “dormida” sobre este tema.

No queremos que las personas sufran, pero lo permitimos porque nos da más miedo su pérdida que su sufrimiento. Conducta muy egoísta, se mire como se mire.

En el caso de nuestros compañeros de vida no humanos, no tenemos esta tesitura ético-moral-política.
Con nuestros pequeñines no humanos tenemos la posibilidad de aliviarles un sufrimiento gratuito y que no lleva a ninguna parte. Bueno, a alguna parte sí, a la misma que podría llegar sin sufrir.

Pero, ¿cómo se queda la persona cuando toma esta decisión? Pues, evidentemente, mal, muy mal.

Es normal que, una vez practicada la eutanasia a nuestro compañero de camino, por su bien y para evitar su sufrimiento y porque su mirada nos pide que le aliviemos su último suspiro en esta realidad, aparezca en la persona el sentimiento de culpa y de duda por la decisión adoptada.

Siempre aparece la pregunta del millón “ ¿se podría haber hecho algo más?, ¿me precipité en mi decisión?......”. Estas son preguntas normales que surgen en la cabeza de la persona que antepone el sufrimiento de su compañero a su sufrimiento de pérdida. Los humanos, aunque a veces no lo tenemos en cuenta, compartimos con nuestra familia no humana, una cosa se llama “intuición”.

De la misma manera que ellos saben cuando no estamos bien, sin necesidad de contarles nuestra historia particular, nosotros también sabemos cuándo es su momento para partir. Alargar una vida unos días o unas horas si este tiempo comporta sufrir, sería el equivalente al maltrato por el que permitimos que pasen nuestros familiares con sólo conseguir un pedazo de tiempo en su compañía.

Extracto de nuestro Taller Como aceptar nuestra muerte y la de los demás.