miércoles, 17 de mayo de 2017

TALLER APRENDE A CONTROLAR E INTERPRETAR TUS SUEÑOS. NIVEL I



En la fase onírica del sueño es cuando despierta nuestro Inconsciente. Esta parte de cada uno de nosotros que permanece dormido cuando estamos despiertos pero que condicionan gran parte de nuestra conducta y emociones.

Muchos de nuestras emociones negativas que nos acarrean problema en la vida y que no sabemos dónde se originan, provienen de esta parte “escondida” de nuestro ser.

La forma más fácil de acceder al Inconsciente es a través de los sueños y su interpretación. Todos los seres vivos soñamos, hay una parte de sueños que sirven para clasificar los conocimientos que vamos incorporando durante el día, como el que guarda libros en una biblioteca. Hay otro tipo de sueños que simplemente reinterpretan lo que hemos vivido o visto, por eso es importante tener en cuenta qué vemos y pensamos antes de irnos a dormir. Hay el tipo de sueños que sirven para resolver un problema que podamos tener, usando la información que contiene el Inconsciente y a la que no tenemos acceso cuando estamos despiertos…

Pero existen unos tipos de sueño que nos conectan con el Inconsciente Colectivo que llamaba C. Jung y que nos permite poder usar todo tipo de conocimiento que existe, adquirido por nosotros, nuestros antepasados o cualquier otro ser vivo.

Todo sueño va ligado a una simbología que suele ser universal y que se puede interpretar para descubrir más sobre nosotros mismos.

En este taller enseñamos una técnicas fáciles para “controlar” tus sueños, como hacer para soñar lo que quieras y como ser consciente de que estás soñando y manipularlos a tu antojo.

También facilitamos técnicas fáciles para su interpretación. Para así sacarle provecho a esas horas que permanecemos dormidos.

El acceso al Inconsciente nos permite solucionar conflictos internos, encararnos con nuestras sombras y crecer como personas.

Se hace entrega de dosier.

Lugar: Espai Viure Bé de Sant Feliu de Guíxols.
Fecha: Sábado 3 de junio de 17h a 20h.
Precio: 30.-€

Si estás interesado en este taller no dudes en contactar con nosotros en el 638621583 (Inma Noguera) o al correo viure-be@hotmail.es.

sábado, 18 de marzo de 2017

Películas y documentales sobre la vida después de la muerte.


El último viaje. Un documental sobre la vida después de la muerte.


 Los hijos del ayer. Película sobre un caso real de reencarnación.

Por orden del emperador: Prohibida la reencarnación.

Por orden del emperador: Los científicos y la reencarnación.

Raymond Moody. Vida después de la vida.

lunes, 20 de febrero de 2017

La depresión en la adolescencia.



          ¿Existen diferencias entre la depresión en la adolescencia y la depresión en la edad adulta?

Muchas veces la forma en que se manifiesta exteriormente la depresión es diferente en jóvenes y adultos. El adolescente presenta frecuentemente agresividad e irritabilidad como síntomas predominantes, hecho que produce un retraso en el diagnóstico, y que pueda pasar desapercibido. Además, los jóvenes, tienen poca predisposición para expresar de forma precisa su estado anímico y no siempre dan la impresión de estar tristes.

       La depresión juvenil, a diferencia de la adulta, comporta más problemas interpersonales y de baja autoestima.

        Existe una alta correlación entre la depresión juvenil y el mal funcionamiento familiar.

     El problema de la depresión juvenil ha cobrado importancia como consecuencia de una problemática relacionada, el aumento a edad más temprana, del consumo de alcohol y drogas, así como el aumento de la violencia y conductas peligrosas como forma de descargar el estrés.


            Causas que pueden llevar a un adolescente a la depresión.

-  Vivir con mucha presión.
-  Haber experimentado una pérdida.
-  Sufrir déficits de atención, de aprendizaje o en la conducta.
-  La presión que impone una sociedad que no tolera el fracaso, que exige sobre-límites y que incita a la competencia y el materialismo.
-  Ansiedad.
-  Estado depresivo subclínico.
-  Una pobre imagen corporal relacionada con una baja autoestima.
-  Problemas académicos.
-  Discapacidad física, aunque sea leve, o mala condición de salud física.
-  Relaciones conflictivas, ya sea con los compañeros o con los progenitores.
-  Consumo de alcohol y drogas.
-  Componentes genéticos y/o hereditarios


         ¿Existe un perfil característico de personalidad con tendencia a la depresión en adolescentes?

Existen una serie de rasgos que favorecen la depresión juvenil, éstos son:
  
-        Presencia de un aislamiento social debido a una pobre comunicación, el caso de jóvenes que ya desde pequeños les costaba comunicarse con sus compañeros.
-          Baja autoestima, lo que les hace dependientes de un líder.
-          Alto sentimiento de culpabilidad.
-          Sensibilidad extrema hacia el rechazo y el fracaso.
-          Alta exigencia en sí mismo, auto-imposición de metas muy altas, que muchas veces no se pueden lograr, confirmando así su hipótesis de que no sirven para nada.
-          Dificultad en sus relaciones, que excusan con un comportamiento hostil.

Muchas veces la forma que tienen los jóvenes de “huir” de su malestar cuando se sienten deprimidos, junto con el hecho de que se sienten incomprendidos, les lleva de lleno al abuso de drogas y alcohol. Esto les levanta “falsamente” el ánimo, les permiten evadirse de la realidad y les facilita la socialización.

Respecto a este tema cabe diferenciar el joven que toma sustancias porque se siente deprimido, que aquel que presenta depresión como consecuencia del consumo de sustancias. Una forma de diferenciarlo es el hecho de que el trastorno de ánimo inducido por el consumo de sustancias se disipa con la abstinencia, cosa que no ocurre con el trastorno depresivo primario.





jueves, 9 de febrero de 2017

El TDAH. Un enfoque biológico



 TDAH, siglas de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, se caracteriza por una serie de conductas que, como su nombre indica, afectan a la atención y producen un comportamiento hiperactivo.
 
Detrás de estas conductas encontramos tres neurotransmisores altamente relacionados con ellas: La Dopamina, la Norepinefrina o Noradrenalina y la Serotonima.

El hecho de que el TDAH tenga una causa fuertemente orgánica la haN aprovechado, como siempre, las empresas farmacéuticas para elaborar fármacos que “controlen” a estos neurotransmisores, al igual que en su momento hicieron con la ansiedad y la depresión y así poder engrandecer sus arcas.

Las dos “drogas” más usadas en niños y adolescentes son el Metilfenidato (estimulante que aumenta la concentración de Dopamina) y la Atomoxetina y antidepresivos tricíclicos (no estimulantes que aumentan la concentración de Noradrenalina).

Pero, ¿es estrictamente necesario el uso de fármacos neurológicos para tratar el TDAH?

Rotundamente NO.

La ansiedad y la depresión, comparten el desequilibrio de los mismos neurotransmisores, entre otros. Y bien es conocido que existen multitud de terapias no farmacológicas para su tratamiento. Terapias que también inciden en el equilibrio de estos transmisores, auto-regulación que consigue el propio organismo con cambios conductuales, alimenticios y de pensamiento.

El cuerpo humano tiene una alta capacidad para auto-regularse que debemos usar antes de optar por la farmacología, que no deja de ser una gran industria capitalista y cuyos intereses primordiales no son la salud, sino su incremento patrimonial.

Volviendo al TDAH, cabe señalar que recientes estudios muestran un 40% de “falsos” positivos, o sea, niños y adolescentes que han sido mal diagnosticados. Este es un porcentaje muy elevado cuando se habla de diagnóstico. El uso de fármacos indebidos en un cuerpo que aún se está desarrollando puede incidir de manera muy perjudicial sobre él.

Con eso no quiero decir que existan casos muy extremos en los que el uso de fármacos sea necesario, pero el porcentaje de éstos está muy por debajo del porcentaje de niños actualmente medicados.


Con eso, una reflexión: Estamos en la era de “la pastilla”, una para cada cosa, porque es la forma más cómoda y rápida de solventar los problemas. De esta manera nuestro cuerpo pierde su potencial de auto-regulación. Antiguamente los problemas “mentales” se trataban con descargas en el cerebro. La razón de tales descargas era “equilibrabar” neurotransmisores, lo mismo que con las “pastillas”, y ya sabemos cómo terminaron dichas terapias.


miércoles, 11 de enero de 2017

Como creerse jefe y ser un mal empresario.



EJEMPLO DE MAL EMPRESARIO: El que fomenta conflicto entre los trabajadores para ejercer el control.

Todos conocemos alguna que otra empresa, donde los mandos, en vez de saber mandar, se dedican a provocar peleas, riñas y desconfianza entre los trabajadores.

Ellos creen que es más fácil el control sobre la gente si ésta no se lleva bien, y razón tienen. El control es mucho más fácil pero el rendimiento que éstos van a producir mucho más bajo.

Bien se sabe, que un trabajador contento y con buen ambiente laboral es mucho más productivo, primando más la productividad que el control sobre el personal –política del mal jefe- que actúa con miedo y con falta de liderazgo.

Una cosa es ser jefe y otra, muy distinta, es ser líder.

La política de las multinacionales más productivas no dan importancia al número de horas trabajadas, sino a los objetivos alcanzados por cada trabajador, a sabiendas que a mayor bienestar dentro de la empresa, a mejor convivencia entre sus miembros y a más incentivos, sale ganando la empresa.

El “Jefe” que fomenta el mal ambiente laboral, no sólo es un mal jefe, sino que por el hecho de querer “controlar” deja entrever sus defectos. Lo típico de empresas dónde existe el supervisor, del supervisor, del supervisor….. dónde muchos están en nómina pero pocos trabajan verdaderamente y allí está el “Jefe”, creyendo que controla el personal y lo único que logra es un mal ambiente laboral y una baja productividad. Y aún así se acaba sintiendo el “Jefe”, cuando verdaderamente es lo contrario a lo que la palabra implica.

Después está la imagen del Líder, el que tira del carro, el que no se cree superior al resto del personal, el que fomenta el buen ambiente laboral y motiva a los empleados, obteniendo como resultado una mayor productividad.

Si estás en un trabajo dónde el ambiente laboral entre los empleados es malo, las relaciones laborales son tóxicas y el “Jefe” es una persona que –subida a su falsa poltrona- no sabe hacer la O con una canuto, no dejes que te haga sentir mal. La culpa del “mal rollo” laboral no es de los empleados, si baja la productividad  no es culpa de los empleados, ni siquiera es culpa del tipo de trabajo que te toque hacer. Es culpa del sistema que han impuesto una Dirección inútil, incompetente y arcaica.