lunes, 17 de octubre de 2016

El mobbing escolar "una mala moda".

El mobbing escolar tiene un antiguo arraigo en el sistema educativo estadounidense que, desgraciadamente, y por el uso de las redes sociales, se está expandiendo aquí.

Siempre se trata de un grupo de niños contra uno, igual que funciona en la Naturaleza cuando los animales van en manada, lo que se le llama, la fuerza del grupo.

El niño que lo sufre, calla. Primero piensa que ya pasará y segundo que a lo mejor los adultos no lo van a creer o el agresor se va a enterar que se lo ha contado a alguien y la situación será peor.

Los agresores suelen ser pocos, uno o dos, necesitados de un público que los aclame, quizás por miedo a no ser víctimas, conviertiéndose en igual de culpables por jalear una conducta violenta hacia un niño indefenso.

Ya hace unos años una película ganadora de muchos premios Oscar, Acusados, con Jodie Foster como protagonista, denunciaba en una frase un tema comparable: Acusados los que lo hicieron, acusados los que lo consintieron.

Volviendo al tema del mobbing escolar, se debería educar a los niños a que no consientan estas conductas, que no actuen de público, el maltratador sin público no es nadie.

Hay conductas que no se pueden justificar con el lema "son cosas de niños", de la misma manera que en el caso de adultos no justicaríamos conductas agresivas como "son cosas de maltratadores".

No esperes a que el niño lo cuente, hay síntomas que muestran que el niño sufre mobbing escolar. Un cambio en la conducta, una tristeza y apatía injusticada. Un pequeño cambio conductual.

Si ves un cambio en tu hijo, pregunta, no esperes que el lo cuente, porque a lo mejor cuando lo cuenta ya ha sufrido demasiado.

Y si no es tu caso, educa a tu hijo para que denuncie lo que sea injusto, denigrante o agresivo por parte de los demás. Así harás de tu hijo una gran persona.

En el mobbing escolar, como en la película Acusados, son culpables los que lo hicieron, los que lo consintieron y los que no denunciaron. Educa a tu hijo a que no sea jamás "un acusado".

viernes, 14 de octubre de 2016

Como afectan las emociones a nuestro cuerpo.

Aunque parezca que este tema sea complicado de explicar o entender, no lo es.

A grandes rasgos voy a intentar explicar de forma simple y resumida como funciona nuestro cuerpo y que peso tienen las emociones.

Tenemos un ordenador central en el cerebro (el eje hipotálamo-hipófisis). Dicho ordenador regula a través del sistema endocrino-hormonal todos los órganos. Como si el ordenador mandara órdenes de ejecución a cada programa de cada órgano. De esta manera el órgano funcionará como le dicte el programa. Cuando hablo de órganos me refiero a la tiroides, el hígado, el páncreas, los riñones y el sistema digestivo (entre otros). Si estos funcionan mal se manifestará a través de síntomas en el cuerpo y/o en problemas conductuales y/o psicológicos.

Este sistema influye y es influido por el sistema inmunológico. Este sería el ejército del cuerpo, la protección hacia agentes invasores, que a veces por fallo del ordenador central, se equivoca de "atacantes" y confunde al propio cuerpo como un enemigo al cual atacar.

Y, aquí, ¿qué pintan las emociones?.

Estas serían como el virus para el ordenador central (el eje hipotálamo-hipófisis). Si el ordenador central funciona mal, los sistemas funcionarán mal, etc. etc.

Pero a su vez existe un sistema de retroalimentación entre todos ellos. Y, ¿qué es la retroalimentación?, pués cuando entre dos elementos interconectados, una afecta al otro y viceversa.

Llegados a este punto, si una emoción afecta al ordenador central, este dará una órden incorrecta a un órgano, que se va a manifestar a través de un síntoma físico u orgànico.

Si nos guiamos por el resultado final, el síntoma, podemos saber cual es la emoción que lo produce. 

Después se trata simplemente de sanarla.




lunes, 3 de octubre de 2016

El poder del pensamiento y las palabras.



A lo largo de la vida hemos podido comprobar que cada vez que tenemos MIEDO de que pase nos pase una cosa, una situación negativa, un cambio no deseado, o simplemente algo que queramos evitar con todas nuestra fuerzas…..NOS PASA.

Cuando una persona repite un pensamiento negativo, día tras día, repite un miedo, o simplemente no deja de pensar en algo que no quiere que le pase, la tendencia del inconsciente es “hacernos caso” y llevarnos hacia donde concentramos nuestros miedos.

Esta manera de direccionarnos hacia los pensamientos negativos, también responde, y con la misma eficacia, si nos acostumbramos a hacerlo a la inversa. Si nos “funciona” llegar hasta las situaciones que nos provocan miedo, también nos funcionará para conseguir nuestras aspiraciones. Lo único que diferencia las dos situaciones son nuestros propios bloqueos. Nos cuesta poco parar cuando estamos en un estado negativo para llegar a la situación negativa, pero nos cuesta avanzar cuando el resultado anhelado es positivo, forma parte de la naturaleza humana.

No es un hecho reciente, sino que ha estado presente a lo largo de la humanidad, del poder del pensamiento y de la palabra como activador de nuestra conducta.

Es importante saber distinguir y darle nombre a nuestros pensamientos, a las palabras, que, de forma repetitiva, nos dirigimos hacia nosotros. Estas van a ser las condicionantes de los resultados que logremos.

Esto lo podemos llevar a cabo de forma consciente. Tenemos la plena capacidad de dirigir la acción de nuestra vida, nuestro estado anímico y la respuesta fisiológica de nuestro cuerpo, pero todo en nuestro beneficio personal, no en nuestra contra.

Las pautas que nos bloquean, las conductas repetitivas que nos frenan, el anhelar un futuro feliz pensando en un presente pesado, no hacen más que perjudicarnos a nosotros mismos.

Pero todo eso se puede cambiar. Toda conducta puede ser sustituida por otra, y todo pensamiento se puede reestructurar. El objetivo principal debería ser NOSOTROS MISMOS.

Independientemente de las circunstancias externas negativas que nos puedan frenan, siempre contamos con nuestra fuerza interior, a veces superior a la que creemos tener. Quien decide tomarte las dificultades como un reto o como un muro, ERES TÚ.


¿Existen las casualidades?...quizá son simples causalidades.



En muchas ocasiones ante una circunstancia de la vida nos hemos dicho a nosotros mismos: ohhhh, que casualidad!!!!

Como seres racionales que somos, a veces demasiado, tenemos la tendencia a adjudicar al azar muchas de las situaciones que vivimos, obviando la poderosa Ley de la Causa y el Efecto, que tanta información nos podría aportar en muchas situaciones rutinarias o también en las vitales.

Si calculáramos la probabilidad de encontrarnos en un lugar concreto, en el momento concreto y que este momento coincida con la probabilidad de otras personas, nos daríamos cuenta que, matemáticamente, la cifra sería superior a la calculada para que nos toque la lotería, y, a pesar de ello, lo seguimos llamando azar.

Cuando responsabilizamos al azar de lo que nos ocurre en la vida, nos perdemos un tema de gran importancia, el control, el libre albedrío, las señales que nos indican por dónde tenemos que ir para seguir creciendo, aprendiendo y andando. Dejamos de contemplar la vida como un camino en el cual “tenemos voz” y la contemplamos como meros espectadores de un caótico guión.

Uno de los objetivos de la Física siempre ha sido encontrar el orden dentro del caos. Un ejemplo típico es cómo actúan los fotones. Estas partículas al principio parecía que respondían de forma aleatoria dentro de un espacio. Actualmente se ha demostrado que mantienen un orden, que se disponen siguiendo “una causa” que los organiza.

La Naturaleza también sigue un orden. Si la estudiáramos a fondo nos daríamos cuenta que cada causa tiene un efecto que le corresponde. No funciona de forma caótica ni al azar. Cada efecto ocurrido obedece a una causa previa.

Así pues, cuando en la vida te ocurra “algo”, no te preguntes por el “algo”, ni te quejes porque te ha pasado. Observa y busca la relación Causa- Efecto, la probabilidad de que se deba al azar es remota.

De la misma manera, cuando quieras obtener un efecto, sé tú quien crea la causa, guíate por lo que sientas desde dentro (lo que siempre se ha llamado intuición) y déjate llevar.

¿Casualidad o Causalidad?. A menudo las cosas son más simples.