miércoles, 11 de julio de 2018

EQUILIBRA TUS EMOCIONES

Las emociones siempre han sido consideradas nuestra parte más salvaje, más incontrolada y la vez la que nos acerca más a los animales. Las emociones nos desbordan porque nos cuesta mucho poder controlarlas de una forma racional, pero no tiene que ser así forzosamente. Las emociones se pueden canalizar y el que dirige este proceso es el pensamiento.

Si lo comparamos con un río, el agua que fluye serían las emociones y el cauce del río, nuestro pensamiento. Cuando un río presenta un buen cauce (sin manipulaciones externas) y el agua fluye corriente, sin grandes dificultades y de una forma natural, el río ni se desborda ni se estanca.

Tenemos que acostumbrarnos a nuestras emociones sin darles un signo, ni positivo, ni negativo, las emociones son neutras y solo es positivo o negativo el resultado que estas producen.

Un exceso de ira, sería como un exceso de agua en un río, acaba por desbordar dañando todo lo que encuentra por delante. Pero una falta de ira, sería como un río sin agua, no tendría ni la vida, ni el fluir de su energía.

El equilibrio de las emociones se basa en evitar extremos, pero sin negarlas. En dejar que fluyan, pero sin desbordarlas. En usar el pensamiento como conductor y guía, que las permita expresar, pero de forma equilibrada.

A nivel energético se equiparan las emociones a los chakras más básicos, a los colores más cálidos (el rojo se considera un color de ira y de energía); a su vez el pensamiento se equipara a los chakras superiores, a los colores más fríos (el azul se considera un color del intelecto). La energía de los chakras superiores y la de los inferiores, confluyen en el chakra central (el verde, el chakra del corazón) y es el punto dónde ambas energías se transforman en sentimiento, que es la vía de comunicarnos con el Mundo y todo lo que en él se haya.

No es cuestión de controlar las emociones, sino cuestión de domarlas y dejarlas que fluyan sin resistencia pero en equilibrio. En este punto es dónde hallamos la Paz.