El chismoso se pasa la vida investigando la vida de los
demás. Busca hechos reales a los que les añade puntos de cosecha propia para
dañar la reputación y la imagen de los demás. Obsesivos a la hora de recabar
datos. Hipócritas hasta el límite. Pueden fingir ser “amigos íntimos” hasta
conseguir nuestros secretos para después
sacarlos a la luz sin ningún tipo de rubor. Extremadamente nocivos en lugares
pequeños como pueblos y aldeas, donde se erigen en amos y señores de los cotilleos.
Capaces de arruinar psicológicamente a sus víctimas. Sería comparable al
“mobbing” en el trabajo o al “buylling” en los colegios.
En ocasiones no se limitan a exagerar, sino que pueden llegar a inventar una historia maliciosa respecto a alguien, por el simple hecho de que no les cae bien.
A nivel personal, os
podemos decir que hemos detectado que muchas veces este tipo de personas tienen
en su entorno problemas severos y que con este comportamiento lo que hacen es
alejar los chismes de sus casas.
Sus frases más características son “No te vas a creer de lo que me enterado”… “A mí no me gusta hablar, pero…”, “ ¿sabes quién está embarazada? No te lo vas a creer”… “ Lo sé de buena tinta”…
Ejemplo: Lucía trabaja en la oficina de una gran multinacional. 30 personas comparten con ella la oficina. Tiene un hijo adolescente muy conflictivo que últimamente está coqueteando con drogas, y su marido tiene una aventura con una compañera. Esa mañana al ir al lavabo, Lucía ha escuchado vomitar a Marta, la nueva secretaria. Es la tercera vez esa semana. Sospecha que está embarazada y como el mes pasado se reunió con el jefe guaperas durante 45 minutos sospecha que él es el padre. Lo comenta uno a uno a sus compañeros. Lo sabe de buena tinta. Alguien los ha visto juntos fuera del trabajo. Todo el mundo mira a Marta con desprecio y le hacen el vacío. La ignoran y no le dirigen la palabra. Marta desaparece del trabajo y Lucía dice que es porque se ha sometido a un aborto que le ha pagado el jefe.
Marta tiene cáncer de mama. Está con quimioterapia. Sólo se lo ha contado a su jefe. El estrés del trabajo no le es beneficioso para su recuperación.
Como veis, buscamos ejemplos extremos, pero no se trata de explicar casos, sino de que entendáis el funcionamiento.