Muchos de vosotros habréis notado que en la primavera nos sentimos más cansados de lo habitual, que el cuerpo no “tira”, que los ánimos están bajos, que nos cuesta levantarnos por las mañanas, y un largo etcétera de síntomas de agotamiento tanto físico como mental.
Esto es el sobresfuerzo
que le supone a nuestras células y a nuestro cuerpo el paso del invierno.
Durante el invierno las
horas de sol son menores, hace frío, no tenemos al abasto la fruta y verdura de
“proximidad”, que es la que mejor le va
a nuestro cuerpo por la zona geográfica que ocupamos, y no seguimos lo que
sabiamente hacen los animales.
Los animales durante el
invierno disminuyen su ritmo vital adaptándolo a las horas de sol. Quienes tenemos mascotas podemos observar
cómo se pasan más horas durmiendo, con menos vitalidad, con un comportamiento
como de “vagueo general”.
Esta conducta no la
compartimos los humanos, que nos levantamos a la misma hora, trabajamos al
mismo ritmo, hacemos lo mismo que en otra época de año. Esto nos comporta una
sobrecarga que los animales no tienen y el resultado es el cansancio
“primaveral”.
Tenemos una sustancia
llamada Serotonina que nos marca nuestro estado físico y anímico. La Serotonina
está fuertemente influenciada por las horas de luz, disminuyendo durante el
invierno y aumentando durante el verano. Esta sustancia también regula la
calidad de sueño que tenemos, razón por la cual cuando nos sentimos tan
cansados nos cuesta más mantener el sueño reparador, lo que origina que nos
levantemos más cansados y nos cueste más dormir, como la serpiente que se
muerde la cola.
¿Qué
podemos hacer para sentirnos mejor?
Tenemos una solución a
nuestro abasto, fácil, barata y cómoda: el aire libre, la naturaleza, el mar.
Cuando nos exponemos a
la luz solar nuestra Serotonina aumenta y por consiguiente nuestro estado
anímico y físico. Los espacios abiertos naturales son nuestra fuente principal
de bienestar y de energía. Todos tenemos al abasto un lugar donde “cargar las
pilas”, donde soltar las cargas estresantes, dónde encontrarnos con nosotros
mismos y coger aliento.
Si te sientes cansado
no te estires en el sofá para coger fuerzas. Sal, vete a la montaña o a la
playa, deja que te toque el aire y el sol, verás como poco a poco te vuelves a
sentir con más fuerzas.
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