Cansada ya de la “broma” con la que llevo lidiando los
últimos 16 años, y que no es otra que esa frase recurrente que dice “yo no
estoy loco para ir a un psicólogo”, hoy me propongo explicar en palabras llanas
y sencillas qué hace en su consulta un licenciado en Psicología.
Bien, todos tenemos amigos y familiares que nos aconsejan a
lo largo de nuestra vida cuando tenemos algún tipo de conflicto o problema que
no sabemos cómo resolver. Eso está bien, claro que sí. Está bien hablar con los
demás, pero la cuestión es si esa persona no sólo está capacitada para
recomendar distintas soluciones, sino que puede ser parte interesada en ese
conflicto. Vamos a poner un ejemplo muy común…
Una persona quiere divorciarse de su pareja. Lo comenta a sus
amigos y familiares, todos tienen su opinión, los padres le recomendarán que no
se divorcie, los amigos le recomendarán que deje ya esa mala relación… ¿me
seguís…? Todo el mundo tiene su manera de ver las cosas, y las opiniones son
como los culos, cada cual tiene el propio. Todas esas charlas con toda esa
gente no hace más que empeorar la sensación de estar perdidos y sin saber qué
camino seguir.
Segunda opción, la persona que está pensando en divorciarse
decide acudir a un BUEN PROFESIONAL, (recalco lo de buen profesional porque en
el mundo de la Psicología hay de todo como en todos sitios), y ya en la
consulta, el psicólogo, al no tener vínculos con el paciente, puede ponerle
sobra la mesa todos los pros y los contras que el paciente previamente le habrá
explicado. A partir de aquí, el psicólogo no decide nada, no le recomienda
nada, sólo le hace ver la realidad desde fuera. Es la propia persona quien
tomará la decisión en función de cómo vea su propia situación desde fuera. Si
ya no ama a su pareja, quizás tome la decisión de separarse, si aun la ama,
quizás tome la opción de ir a un terapeuta familiar… esa decisión no le
corresponde a nadie más que a la propia persona…
Este es un solo ejemplo, pero hay miles de situaciones por
las que ir a un psicólogo.
Tener ansiedad, alguna fobia, depresión, estrés laboral,
sufrir acoso laboral o escolar, trastorno de estrés post-traumático, trastorno
de duelo, abusos sexuales, crisis existencial, fobia social y centenares de
cosas similares no es estar “loco”, y es más rápido y efectivo acudir a un buen
profesional que andar explicando las penas a todo aquel que nos rodea, o
callarnos por vergüenza.
Un buen profesional escuchará atentamente todo aquello que el
paciente dice y también estará pendiente de todo aquello que calla. Observará
su lenguaje corporal y también el no verbal. A partir de ahí le dará pautas a
seguir y dependerá del paciente seguir las indicaciones, (que no consejos) para
que el paciente pueda recobrar el control de su vida.
Un psicólogo no trata patologías mentales como la
esquizofrenia, eso es trabajo de un psiquiatra que además puede recetar
medicamentos, cosa que no hace un psicólogo. Un psicólogo escucha, analiza,
pondera e indica posibles soluciones desde una perspectiva neutral.
Espero no tener que volver a escuchar esa maldita frase nunca
más o yo misma pediré hora a un psicólogo.
Atentamente: Inma Noguera Bolívar
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