Estaba un conductor en una carretera de mediana velocidad conduciendo
su coche. De repente, vino otro coche en sentido contrario cuyo conductor
haciendo señales raras y asustadizas, le dijo varias palabras por la
ventanilla, pero que no se entendieron todas, la que mejor se percibió fue:
cerdos.
Entonces, los que iban en el coche sintieron que habían sido
ofendidos, e inclusive querían perseguirlos para pedirles explicaciones. Pero, se calmaron un poco y siguieron con su camino, eso sí
molestos, diciendo que el mundo estaba totalmente agresivo, e incluso aumentaron
la velocidad por la ira que sentían.
A los pocos kilómetros de recorrido se encontraron con
centenares de cerdos salvajes que estaba atacando a todos los coches en la
carretera, por lo que tuvieron que retroceder y a duras penas escaparon del
peligro.
Segunda moraleja:
Nunca ayudes de manera incompleta. Si no vas a ayudar completamente, mejor no
lo hagas.
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