Muchas
veces cuando se empieza una relación, la ilusión es tal que parece no haber
otra cosa en el mundo. Todo gira en torno a la nueva persona, cual inicio y fin
del mundo. Hasta aquí todo parecería normal…..
Pero
a veces pasa que esa persona, por sus inseguridades y sus celos, de forma sutil,
limita a su pareja y empieza el proceso de aislarla de la demás gente por miedo
a perderla. Al principio la víctima no se da cuenta, ya que le parece bien, por
hallarse en una especie de nube emocional que la supera.
Pasa
el tiempo y la persona empieza a percibir que se siente sola, que ha dejado de
lado a los amigos, que ya no tiene a nadie con quien hacer un café, despierta
de su letargo amoroso y se pregunta: ¿Qué
ha pasado aquí?
Cuando
tu pareja te aísla lo hace por sus propias inseguridades, es una forma de
maltrato muy lento y progresivo que muchas veces pasa inadvertido, y que solo
es evidente cuando llega a su máximo extremo.
Una
relación no consiste en la clausura de uno o de los dos de los miembros de la
pareja, consiste en una convivencia común pero sin dejar de lado cada una las individualidades que como personas son y las relaciones que puedan tener con el mundo.
El
aislamiento físico de uno de los miembros hacia su pareja la justificarán por
cuestión de celos, pero sin ir a menos, siempre irán a más, y es en este
sustrato cuando surgirán las conductas celosas extremas, las paranoias en cosas
que no ocurren, y, la víctima entra en el terreno de justificar cada paso que
da.
Cuando
la víctima intenta hacer un intento de retomar su “vida normal”, su pareja lo
ve como un intento de abandono de la relación, y la hará sentir culpable de
ello.
Es
por ello que, cuando tengas una pareja que bajo cualquier contexto intente
aislarte de tu vida anterior, no te ama, quiere poseerte en su más estricto
significado.
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